La verdad está en los detalles

Tengo una teoría, bastante chula, que me sirve para demostrar científicamente si un adulto ha compartido mesa, en una comida, con niños pequeños de menos de 3 años.

Esta teoría me sirve para ver, a cierta distancia y sin necesidad de cambiar pañales ni dar biberones, si ese adulto ha tenido contacto, de forma continua, con esos pequeños “extraterrestres” que llamamos niños.

Es la teoría del vaso.

El experimento requiere, simplemente, la técnica de observación directa mientras el infante está sentado en la mesa durante la comida/cena…

Haces que el individuo se quede quieto en la mesa y ves qué hace con los vasos de los niños... Si les echa agua para que tengan el vaso lleno, porque ellos no lo pidieron, tienes la prueba inequívoca: ese individuo no ha compartido mesa con ningún menor de 3 años.

Diríamos que ese individuo es un NO.CO.TA.NE3 (No Compartir Mesa Niño 3 años).

Pero, si se tratase de un individuo NO.CO.TA.NE3 despistado, y no echa agua al vaso de entrada, aún podemos hacer una última comprobación para demostrar la teoría. Hay que esperar a que el niño pida agua y pedirle al individuo que llene el vaso. Si llena el vaso hasta arriba, ya hemos cazado al individuo. Es un NO.CO.TA.NE3 sin lugar a dudas.

Sin embargo, en realidad, los NO.CO.TA.NE3 se pueden detectar sin hacer ninguna de las dos pruebas descritas. No hace falta observarlo durante la comida, simplemente podemos usar una báscula y pesar el plato antes y después de la comida.

Si el plato pesa más al final de la comida, acabamos de demostrar científicamente que ese adulto es un NO.CO.TA.NE3.

Puede parecer una tontería, y lo es, pero os aseguro que suele cumplirse con bastante frecuencia.

Supongo que los que tenéis hijos recordáis casos en los que los niños han tirado el vaso por los aires porque alguien no tuvo en cuenta que un vaso lleno de agua, en la mesa de un niño, suele caer de la misma forma que sale el sol cada día.

Y seguro que hay muchas otras pruebas científicas para certificar que un adulto no ha sido “contaminado” con la visión de la vida de un ser inferior a 3 años.